No todo el mundo está dotado para hacer una ingeniería o una carrera técnica. Esto no hace más que enriquecer al género humano, ya que por suerte no todos somos iguales y el nivel de aportación a la comunidad es necesariamente diverso.
Escribo este post desde un foro muy adecuado, me encuentro en el IoT Solutions World Congress de Barcelona, un salón monográfico orientado al Internet de las Cosas. El mundo del IoT supondrá una enorme oportunidad para hacer negocios.
Como suele ocurrir, los prejuicios suelen jugarnos malas pasadas. Generalmente nos hacemos una imagen en la distancia absolutamente errónea de muchos de los países que no hemos visitado y Bielorrusia no iba a ser la excepción.
Nuestro futuro no puede quedar en las manos de la presunción de inocencia, hemos de ser capaces de demostrar que hemos cumplido con la legislación sobre seguridad alimentaria.
Son ya más de 40 años los que han pasado desde que empezó mi idilio con las radiocomunicaciones. Todo comenzó con una película que ponían en la única televisión que existía en la España de los años 70.
El trabajo en el campo sufrirá innumerables cambios en los próximos años, que seguramente mis abuelos y mis padres, considerarían ciencia ficción.
La IoT será un lugar donde los emprendedores del siglo XXI tendrán nuevas oportunidades de negocio muy rentables. Sólo hay que echarle imaginación y soñar.