La celebración del Día Mundial de la Radioafición es una oportunidad para reconocer y agradecer a los radioaficionados por su labor altruista en la promoción de la ciencia y la tecnología y su contribución en situaciones de emergencia.
Si los operadores de radio del Titanic hubieran utilizado el sistema de radiocomunicaciones de manera adecuada, podría haberse salvado al barco y se podrían haber evitado muchas de las pérdidas humanas que se produjeron.
Su amor por la radiafición lo llevó a convertirse en un empresario exitoso en las telecomunicaciones, pero también lo llevó a ser un mentor y un líder en su comunidad.
En el ámbito puramente profesional, todos nos acordamos de personas que, realizando trabajos que suponían un riesgo importante de padecer un accidente, se echaban cada día al tajo sin protección alguna para desarrollar su actividad cotidiana.
Hoy relevamos las viejas radiocomunicaciones por algo que sin duda mejorará la coordinación en los servicios de misión crítica y certificamos oficiosamente la muerte del walkie talkie.
El 14 de mayo de 1897, Guillermo Marconi realizaba la primera transmisión de radio de la historia. Sin duda, en ese momento empezó a cambiar el mundo.
En el tema futbolístico, tan de moda estos días por el Mundial de Rusia, los protocolos de seguridad son muy distintos a los de antaño, más rígidos y dotados de tecnologías de videovigilancia y sensorización.
Un famoso alcalde gallego dijo delante de mí que los ayuntamientos son los organismos más cercanos a los ciudadanos y que, por tanto, deberían disponer de mayores recursos para satisfacer con sus servicios a la población.
Las comunicaciones son una pieza clave en caso de emergencia. Por desgracia, muchas veces se toman demasiado a la ligera y se emplean sistemas poco fiables.