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El taxi y la tecnología

El taxi, la tecnología y la condición humana

Artículo original de José Antonio Ferreira, «El taxi, la tecnología y la condición humana», publicado en Economía Digital el domingo 21 de abril de 2019.

En mi opinión el sector del taxi nunca ha sido realmente consciente del gran potencial que tiene, y por supuesto, de la cantidad de vías que se pueden abrir para mejorar los tres pilares básicos que apoyan el sector: los taxistas, los usuarios y el entorno competitivo. He hablado en otras ocasiones sobre algunas asociaciones de taxistas que realmente lo han hecho muy bien, y es un hecho que contemplando el panorama del sector resulta absolutamente admirable.

Hace un tiempo no muy lejano un empresario muy importante de origen gallego me dijo: “Mira Ferreira, lo más importante que tiene que tener una empresa para poder nacer, crecer y desarrollarse, es un dueño”.  Todos hemos oído la frase que dice “el ojo del amo engorda al caballo”.

En el taxi existen asociaciones y federaciones, pero no son capaces de entenderse para trabajar al unísono.

Aprovechando este concepto podemos decir que el sector del taxi está en manos -y no dude nadie de que estoy de acuerdo con ese formato- de autónomos donde cada uno es propietario de su licencia dentro de un ámbito absolutamente regulado y contingentado. El problema es que el colectivo formado por más de casi setenta mil trabajadores no ha sido capaz de funcionar unido.

Es verdad que existen asociaciones y federaciones de todo tipo a lo largo y ancho de nuestro país, pero entre muchas de ellas simplemente no son capaces de entenderse para trabajar al unísono por el bien de un sector plagado de buenas y muy trabajadoras personas donde, como ocurre en la mayor parte de los colectivos, destaca más un cero coma cinco de gente miserable e indeseable que un noventa y nueve coma cinco por ciento de gente educada y profesional. 

Con el auctoritas que pienso que tengo al hablar de este sector por tradición familiar y habiendo sido uno de ellos en mi época de estudiante y de infancia profesional, creo que la clave está en la tan manida frase que reza que “la unión hace la fuerza”, y aunque parezca un tópico, nadie la pone en duda.

La desunión del sector del taxi, una debilidad latente, es la oportunidad que aprovechan las empresas telemáticas como UBER y CABIFY para posicionarse en el mercado con una alternativa mejor.

La tecnología debe tener un papel protagonista en el futuro del taxi.

El sector taxi debería emprender el camino de encontrar la manera de “soldarse”, donde la tecnología utilizada con mayúsculas debería tener un papel protagonista. Seguramente y una vez más, la fase del análisis y de la toma de requisitos será la clave para llevar el proyecto a buen puerto.

Desde luego, hay que reconocer que va a ser un camino complicado y con muchas curvas en un sector donde cada autónomo y sus asalariados se ganan el jornal euro a euro transportando las ilusiones, los anhelos, las desdichas, los éxitos, la esperanza, y tantos otros sueños y avatares de la condición humana.

El taxista es el catalizador que potencia las relaciones humanas en más de cincuenta reuniones realizadas en menos de dos metros cuadrados manejando la relación entre espacio y tiempo, y donde los elementos no son más que seres humanos reunidos en una habitación montada encima de unas ruedas con un motor.