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Emprendimiento nuestro

Artículo original de José Antonio Ferreira, «Emprendimiento nuestro», publicado el lunes 27 de enero de 2020 en El Correo Gallego.

  

En España tenemos dos importantes asignaturas pendientes, la tecnología y el emprendimiento.

    

COMO HE DICHO en muchas ocasiones, y refiriéndome especialmente al contexto económico, en mi opinión en España tenemos dos importantes asignaturas pendientes, al menos desde 1978, año en el que recuperamos las libertades civiles y nos convertimos en una economía moderna «in pectore».

Estas dos asignaturas son fundamentales para el desarrollo del país y no son otras que la tecnología y el emprendimiento.

No quiero decir que en nuestro país no existan empresas tecnológicas y tampoco que no haya grandísimos empresarios.Simplemente significa que cuando hacemos balance de ratios de implantación tecnológica en las empresas y de emprendimiento, estos son de los más bajos de los países avanzados, dentro de los que nos encontramos nosotros.
    

Como empresario y tecnólogo desde 1986 tengo que decir que he dedicado toda mi vida profesional a implantar tecnología en empresas.
    

Como empresario y tecnólogo desde 1986 tengo que decir que he dedicado toda mi vida profesional a implantar tecnología en empresas y desde hace poco he emprendido, y nunca mejor dicho, una cruzada altruista para promover el emprendimiento tratando de transmitir mis experiencias.

Hablo y escribo sobre mis experiencias personales como empresario. Hablo de mis éxitos, pero también de mis fracasos, de lo bueno y de lo menos bueno, de la ilusión y de la frustración.

Ser empresario no es fácil, pero si consigues vivir de tu propia iniciativa, ese algo que has creado tu soloy donde además haces participar en el proyecto a un grupo mayor o menor de colaboradores, nace en ti una sensación de orgullo positivo que no existe trabajo por cuenta ajena que la pueda igualar.

El sueño de vivir y decidir tu propio porvenir. La elección de crear algo que aporte un valor económico y social a tu ecosistema vital. El orgullo de mirar atrás y ver todo el camino que has andado después de aquel día que decidiste ser dueño de tu propio futuro y de cumplir tu sueño emprendedor. Ay amigos, todo esto es la verdadera recompensa para el emprendedor.

Siempre he mantenido que al menos los empresarios debemos mantener una dualidad vital. Una es la parte que nos hace ganar nuestra vida y sustento, es decir, la parte más material o económica. La otra parte es la parte afectiva, la que nos relaciona con nuestros seres queridos.

En el emprendedor y en el resto de personas, ambos mundos deben mantenerse independientes. Esto no quiere decir que no haya empresas de éxito donde trabajen familiares y amigos. Pero si le preguntáramos a cualquier empresa familiar, nos dirían que lidiar entre los dos mundos que antes mencioné es una misión muy complicada.

Yo siempre a la vista de los acontecimientos de mi entorno intenté no mezclar los dos mundos, pero caí en el error y las consecuencias de esto fueron afectivamente devastadoras.

Y todo esto es lo que me lleva a poner negro sobre blanco este pequeño manifiesto a modo de oración emprendedora, con el único objeto de poner en valor todos mis errores y fracasos, pero también mis aciertos.

Parafraseando en parte y adaptándolo a mi tesis, aquella frase del clásico cinematográfico de Coppola: «Amistad y familia, y dinero… agua y aceite». Por eso es tan importante aprender de los errores que cometes, y parafraseando una vez más y hasta la extenuación a Carlos Slim, sobre todo aprender de los errores de los demás.

Emprendimiento nuestro que estas subyacente
Siempre valorado sea tu nombre
Venga a nosotros tu inspiración
Hágase tu necesidad, tanto en jóvenes como en mayores
Danos hoy la oportunidad de cada día y disculpa nuestros errores
Como también disculpamos a los que nos decepcionan
No nos dejes caer en la incompetitividad
Y líbranos de la mediocridad.