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Emprendimiento, plan y rentabilidad

Artículo original de José Antonio Ferreira, «Emprendimiento – plan – y – rentabilidad«, publicado el jueves 24 de abril de 2020 en El Progreso.


ALGUIEN DIJO hace ya unos cuantos años que si no hay beneficios, no hay empresa, y me temo que esta afirmación la suscribiría prácticamente la totalidad de la comunidad empresarial.

Hace años, en una charla en una universidad, tratando de conducir a los futuros titulados hacia la fuerza del emprendimiento, en detrimento de otras soluciones profesionales como hacer una oposición o postularse para la plantilla de una gran empresa, les explicaba que una empresa es como un depósito al que se aporta agua por arriba y se saca por abajo por el mero efecto de la gravedad terrestre. Si el flujo de entrada de agua, es decir la facturación, es superior al volumen de agua que desalojamos, esto es, los gastos, nos hallamos en una situación de acumulación que nos permitiría incluso trasvasarla a otro depósito a modo de reserva.

Pero cuando ocurre lo contrario, es decir, cuando se saca más agua por debajo de la que se aporta por arriba, lo que estamos haciendo es vaciar el tanque, lo que acabaría por colapsar el sistema. Trasladado al ámbito de la empresa, el secreto está siempre en el equilibrio con una tendencia muy marcada hacia la generación de beneficios, tan importantes en la empresa.

En contra de lo que muchos piensan sobre los beneficios, y es que son la manera de enriquecer a unos pocos empresarios voraces, son la razón de que las empresas persistan en el tiempo generando riqueza y empleo para muchos.

Pero para conseguir generar beneficios hay que hacer algo más, estos no aparecen por generación espontánea y suelen ser el resultado de una milimetrada planificación, es decir, suelen ser el resultado de la ejecución de un plan.

Planear es prever lo que va a ocurrir, poner sobre la mesa todas las vicisitudes posibles y establecer unos mecanismos de toma de decisiones lo más aproximados a la realidad del momento en el que ocurran. Todo el tiempo que se emplee en analizar y prever, incrementará la ratio de éxito de la incipiente empresa, sin caer en la patología de la parálisis por el análisis.

 

Más del cincuenta por ciento de las empresas españolas desaparece durante los primeros tres años de existencia.

 

Dicho esto así parece fácil, pero os puedo garantizar que no lo es, por eso más del cincuenta por ciento de las empresas españolas desaparece durante los primeros tres años de existencia.

 

La vida media de las empresas en España desde su fecha de creación es de menos de diez años.

 

La búsqueda de benéficos deberá ser entonces la razón de la vida de una empresa privada, ya que sin beneficios no hay futuro empresarial. Y, todo esto, hay que hacerlo con un plan económico encima de la mesa que nos sirva como guión y que debemos estar dispuestos a reconducir en cualquier momento dependiendo de las inevitables eventualidades que seguro se producirán.

Por eso el IV mandamiento emprendedor reza…

«Construirás un plan económico buscando la rentabilidad».

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