Colaboraciones Manuel Carneiro Caneda
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Sostiene Ferreira

Al modo y manera que el título de aquel, en su momento, afamado libro del escritor italiano Antonio Tabucchi, Sostiene Pereira, ponemos dicho rótulo a esta inserción para glosar una más que interesante aportación, publicada en este mismo diario electrónico y de la que es autor el prestigioso empresario y colaborador también de esta nuestra casa común, Antonio Ferreira Dapía, titulada Empresario psicópata.

Sostiene Dapía, estimamos que con muy buen criterio, que existe, en la tribu empresarial, una figura propia con rasgos psicopáticos más habitual de lo que consideramos y de lo que quisiéramos. Atribuye así a dicho perfil comportamientos egoístas y propios del maltratador, derivados de una, en ocasiones, risible egolatría y buceables en una infancia desgraciada y dolorosa. Con evidente cautela, sostiene Dapía que este tipo de actuaciones suelen emponzoñar también las relaciones familiares, convirtiendo al alterado y alterable sociópata no solo en un enemigo para sí mismo, sino también para sus cercanos e incluso para sus allegados.

Psicopatía empresarial.

La psicopatía, en el consciente colectivo, ocupa un lugar un tanto sorprendente. Psicópatas y sociópatas (la diferencia estriba en si el comportamiento es innato o si resulta adquirido) pasan por ser personas inteligentes, desgajadas de la realidad por tener un complejo mundo muy particular, sostenido en una degeneración de su mente excesivamente obsesionada con transformar el mundo a través de la violencia, en ocasiones extrema, lo que los lleva a convertir en un desolador sufrimiento la vida de los demás. Pues bien, nada más alejado de la realidad; tiranía de las imágenes fílmicas y las novelas sensacionalistas. Ambas formas de actuación, basadas en comportamientos carentes de interés por los sentimientos ajenos, resultan realizadas por personas, preferentemente individuos masculinos (solo una de cada tres son mujeres), con una inteligencia muy limitada y con una incapacidad para mostrar emociones de vínculo, además de carecer de un redentor sentido de culpabilidad. Según los estudios realizados por uno de los mayores expertos mundiales en psicopatía, Brian Boutwell, no solo no son más inteligentes, sino que incluso suelen disponer de una capacidad intelectual inferior a la media de la población.

Burremia.

Pero quizás no haya que recurrir a la psicología profunda para caracterizar a quienes se consideran muy por encima de los demás y estiman que el fin, su propio fin, justifica cualquier tipo de medio, en particular, sus propios insanos medios.

El deseo de notoriedad y la capacidad de influencia, habituales ambos en este tipo de personalidades alteradas y enfermas, pueden llevarnos a considerar que su inteligencia resulte muy superior a la de las personas aterradas por su comportamiento; como si fuesen protagonistas de una película donde el personaje principal, frío, calculador, previsor de las actuaciones de sus persecutores, consiguiese siempre burlar a la justicia con su extraordinaria capacidad intelectual.

«La ignorancia frecuentemente proporciona más confianza o seguridad que el conocimiento».

Justin Kruger y David Dunning

ARTÍCULO DE MANUEL CARNEIRO CANEDA, colaborador del Blog de Ferreira Dapía Tech Consultant & Events, publicado en Economía Digital el 15 de marzo de 2021.