El potencial de la integración de la cadena de bloques en la cadena de suministro es enorme y ya está siendo explorado en sectores que van desde la alimentación hasta la farmacéutica y la moda.
Mientras los niños duermen ansiosos la noche del 5 de enero, una red vasta y compleja se activa para traer la magia de los Reyes Magos a cada rincón del mundo.
No están todos los palabros, pero aquí hay una muestra de tantos y tantos conceptos y acrónimos que empañan el análisis, generan ansiedad y da la sensación de que el que habla sabe mucho de lo que está diciendo, y no siempre es así.
La transformación digital no es una opción, es una obligación. Debemos luchar encarecidamente contra la resistencia al cambio, lo contrario supone una condena de las empresas a la muerte.
Estamos viviendo una guerra fría tecnológica, donde los países pujantes intentan acercar el ascua a su sardina, con el fin de controlar básicamente el nuevo recurso del siglo XXI.
Remover viejos conceptos para actualizarlos, se asemeja imprescindible. Se trata de intentar huir de los convencionalismos, y abrir la mente a cuestiones y conceptos que podrían parecer irreales.
La tecnología nunca debería ser un fin en sí misma, es decir, el acto de tecnologizar debería tener como objetivo mejorar la calidad de vida de las personas y, como consecuencia, contribuir al desarrollo de la humanidad.